Jose María Salazar Nuñez / Nos vemos en el pogo: Una crónica del Vivo x el Rock 2019




I went to the concert
and I fought through the crowd

guess I got too excited
when I thought you were around.
Heart in a Cage – The Strokes







Y mientras Isabel se aleja perdiéndose en la multitud y sé que no podré alcanzarla, le grito (luego dirá que no lo escuchó): ¡nos vemos en el pogo!

No sé en qué momento, ya todo está oscuro, y yo soy un chiquitito ante la nada.

¿Tendrá cambio de veinte o mejor compro 4 Red Bulls?

Hay algo irónico en no escuchar a alguien durante un concierto.

I don’t wanna jump, Mr. Slipknot.

Isabel tiene una cicatriz en el hombro.

No te sientes en mis piernas que se adormecen, ¡carajo!

Are you fucking ready, my friends?

Julian Casablancas se mueve en el escenario como si fuera su garaje.

Levanto mi rostro para respirar entre la multitud: ¿alguna vez te has puesto a pensar en el sudor, o en densas concatenaciones de qué se yo?

Una amiga me dijo alguna vez que las canciones de El mató a un policía motorizado sonaban a despedida.

So drink some more...

Estaba diciendo algo sobre esa vieja dicotomía entre lo visto y lo dicho. ¿Cómo comparar a Mago de Oz con Mago de Oz?

El bus surge de abajo de la tierra y se eleva hacia el sol enorme, pero no desaparece.

Mirando el humo mientras todo pasa, es decir, mirar no sirve de nada. Aquel viejo cliché: no mires el reloj, no harás que las manecillas avancen más rápido.

Pero así no es la letra.

La camisa de Julian tiene los colores de la bandera del incanato. No todos: el bucle se cierra oh no.

No conozco ninguna canción del Cuarteto de Nos, pero en la segunda pasada del coro canto: esta vida me va a mata-ar e Isabel salta-a conmigo, las cicatrices también poguean.

Mi cara está roja. Why won’t you come over here? Te abrazaría y te diría que todo pasa por algo aquí en el Circo Beat, solo se puede mirar hacia adelante: prospectivamente puedo decirte que sé que Flamengo ganó, aunque que no lo vi.

Lo malo de ser bueno es que es fácil inmiscuirse y contar: 4, 3, por un lado, luego 2,1, 0... Y empezamos de nuevo, más o menos bien, y vivir / vivir / vivir…
No son pocos los que han hecho esa comparación tonta de vida con música o música con vida. A estas alturas de la noche no importa cuál es A y cuál, B, solo respira un poco y poguea.

Fue Isabel la que reconoció mi hombro. Voltemé y ahí estaba. Nos vimos. La abracé, la besé, mientras Julián y Fito y Santiago y El Cuarteto y hasta Mr. Slipknot giraban como reflectores perdidos en la estratósfera.

El pogo no es una experiencia cósmica. Son decenas de personas golpeándose que luego afectan a cientos y quizás a iles. Unas saltan, otras se caen, algunas se quedan paradas, indiferentes y la mayoría solo grita. Isabel y yo nos vimos.

Su cara estaba roja.





Fotografía de Lyndon Wade

Comentarios