Braulio Paz/ Sobre un texto de Poemas (1958) de Carlos Germán Belli o ¿Que hay de malo en la extinción?

 



Si de tantos yo soló hubiera angustia,

yo sólo frente a casas clausuradas,

sufrir por todos, flebíl en los campos,

a la zaga del río, entre los tuertos.

Si de mí sólo muerte se evadiera,

sólo yo me quedara insatisfecho,

en medio de los parques cabizbajos,

sólo yo, Adán postrero agonizando.

 

Normalmente se le hace un “disservice” a Belli, se lo trata mal. Cuando se lo lee desde la perspectiva que patenta la existencia de la Gran Tradición de la Poesía, ese objeto anacrónico y aurático de tintes semirománticos. Belli escribe “formalmente” a través de versos históricamente predeterminados, ¿y que? Si les digo que estos ocho versos son endecasílabos no les digo nada sobre su sentido ni sobre su construcción (y esto ultimo desconcierta a los expertos en versología que aseguran al verso como unidad). La unidad aquí es la imagen - “cacofonía de imágenes”, dice Rose Shapiro o sea, repetición del leit motiv en imágenes distintas en la superficie pero que respetan la misma paleta - y lo de Belli son imágenes sonoras alcanzadas a través del jaque mate sintáctico.

Jaque mate sintáctico, otro recurso antiquísimo: ¿y que? Belli no es Gongora ni pretende serlo. Los primeros cuatro versos, por ejemplo, son fuegos artificiales: el enrizamiento hiperbatónico evita que veamos un condicional sin clausula, una oración sin verbo, una imagen sin esperanza. Hay una imagen que deriva del sonido: el fragmento. Hay una imagen que deriva de la sintaxis, la falta de verbo la vuelve un ristre de flashes inconexos, fotografías en sepia de un niño bajo un cielo tórrido con la cara oculta por lo cabizbajo frente a una casona derruida con las ventanas tapiadas o alternativamente en un claro frente al río. Hay un sentido en la concatenación pero el efecto no deriva de ningún formato predeterminado - y aquí pregunto, ¿los hay? ¿porque habla el autor de cuasi sonetos entonces?.

Desde el momento en que Belli escribe en el fragmento está escribiendo en la modernidad. Si Belli escribe sonetos no está siendo conservador - si Pollack escribe sonetos está siendo huachafo - y la condición de cuasi lo ilustra aún más. ¿Porque estamos ante un cuasi soneto? La definición de soneto es terreno pantanoso, si vamos por la más formalista y tradicionalmente aceptada son catorce versos endecasílabos en estrofas de cuatro. ¿Este es “cuasi” porque son solo 8 (la mitad a fines prácticos)? No tiene estrofas y dudo de esa relevancia. ¿Entonces? Creo que lo importante del soneto es su ligazon con el discurso de su época, las formas del arte son manifestaciones del espíritu epocal de su producción y por ello la reflexión es retroactiva.

Un soneto desde el fragmento, es decir un cuasi soneto es un soneto moderno porque actualiza y reifica esa materia textual muerta llamada soneto. Como lo he afirmado muchas veces, toda escritura posterior a la declaración de la muerte (hegeliana) del arte y del agotamiento del espíritu renovador (vanguardista) es irremediablemente un trabajo con el “fragmento”. El fragmento, en tanto cuestión tropológica muy propia de cierto momento en que se fracturaron también las conciencias - no es casual que las estéticas más radicalmente fragmentarias aparecen al mismo tiempo que teorías científicas como la de la relatividad o la cuántica o, en otras palabras, el fragmento en el arte es la representación estética de la mentalidad que permitió la relatividad einsteniana – constituye la respuesta estético formal a la sustitución del concepto de espacio por el de espacio-tiempo. Vicente Luis Mora clasifica las estéticas del fragmento en dos categorías:

“Un glaciar en proceso de resquebrajamiento es fragmentado. Un archipiélago es fragmentario. El glaciar, si bien agrietado y en proceso de deshielo, recuerda aún a su forma original. El desierto, como en el poema de Colerigde, hace imposible saber cómo eran las estatuas o piedras de las que proviene su arena.” (Mora 93)

La segunda parte del poema intenta reflejar la primera dando una ilusión de simetría: el juego sintáctico (falta de verbo, condicional sin causa), sonoro (el enrizamiento que genera ese efecto de “lenguaje raro”), pero no el visual: Si de mí sólo muerte se evadiera, / sólo yo me quedara insatisfecho,/ en medio de los parques cabizbajos, / sólo yo, Adán postrero agonizando. El texto es un texto asimétrico incluso si cada parte está cuadrada en cuatro versos exactamente. La primera parte presenta estás imágenes y establece el mood melancólico y desesperanzado: este es un poema sobre el fin del mundo. Como el glaciar agrietado, en la imagen del ensayo de Mora, recuerda aún su forma, se trata de la subjetividad suspendida en medio de la transformación de las piedras en arena, una instantánea de la entropía. Ese remate es absoluto, la inversión de la imagen de Adán, el hombre primigenio, como el ultimo hombre.

Belli es una especie en extinción. El soneto es una especie en extinción, pero ¿que hay de malo con la muerte? Solo yo quedara insatisfecho, la muerte es bienvenida. En 1958 ya era imposible dar vuelta atrás: las conciencias fueron fracturadas. La casa, el poema, esta clusurada. El poema de Belli es consiente de la errancia del poema, esto es su expulsión definitiva del reino de los objetos creados, de su imposibilidad para afectar el mundo. El poema se sabe clausurado, ¿donde, como y cuando se manifiesta esa aura que quieren ver en Belli si su poema ya sabe que no hay aura, si se sabe en el barro? Si todo esto es cierto, y a mi me lo parece, ¿Porque hacen de Carlos German Belli la tabla de salvación de esa cosa llamada “Poesía”? La insistencia en la importancia de la métrica clásica para hablar de Belli reside en la insistencia en la condición auratica del poema. Pero el poema esta en el barro y no en la gloria (o mejor, en el cómic y no en el parnaso). Belli no pretende ser Gongora, no es su mesiah salvador del Poema: quizás una especie en peligro de extinción, pero ¿que hay de malo en la extinción?...   

 





MORA, Vicente Luis. "Fragmentarismo y fragmentalismo en la narrativa hispánica actual." En: Cuadernos Hispanoamericanos N-783 Setiembre de 2015: 91-103. (93-94)

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